ORACIÓN
No me niegues, Señor, la luz del
día,
el
tiempo que reclama su latido,
en esta
travesía sin sentido
para
vivir en paz y en armonía.
Sálvame
Tú, mi Dios, de la porfía
de ser
o de no ser, de haber nacido
en este
mundo hostil y haber sufrido:
el
dolor, la inclemencia, la agonía.
Porque
a saber, por mucho que lo quiera,
cómo
puedo ofrecerte mi estandarte
bordado
con la flor de la ceguera.
Sálvame,
en fin, Señor, de tal manera
que
viva eternamente para amarte
y, en
ese gozo, por amarte muera.
María
del Valle Rubio
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CANTOS DE SIRENA
Ya vienes y te vas y me condenas
al martirio y la cruz, con ese juego,
cuando lo dejas todo para luego
y me llenas de angustia y me enajenas.
La suerte tuve de romper cadena
y verme libre al fin de tanto apego,
malgastando mi alma sin sosiego
al escuchar tus cantos de sirena.
Muere el recuerdo, los amores mueren;
y ahora brindo por la paz cumplida,
sin ti y sin tu memoria permanente.
Para aliviar las penas que me hieren,
camino por la vida convencida
de ganar la batalla del presente.
María del Valle Rubio
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